Desde el sábado nadie sabía nada de Merlys Yosmar García Herrera. Su familia, preocupada, fue hasta la casa donde vivía en la urbanización Calicanto, en Flor Amarillo, para saber porqué tenía días sin comunicarse. Resultó que la encontraron, pero muerta. Tenía un disparo en la cabeza.
El hallazgo ocurrió la tarde de este lunes cuando la mamá de Merlys, junto a un familiar quien es funcionario policial, llegaron a la casa. La puerta no estaba del todo cerrada y el hombre, tal vez por su experiencia, ya presumía lo que encontraría y le pidió a la madre que no ingresara. La joven estaba tendida en la sala de la casa, entre sangre, con una herida en la cabeza.
Enseguida, notificó el hecho y llegaron varias comisiones policiales para resguardar la escena, mientras llegaba el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para que colectaran evidencias que los ayudara a esclarecer el caso.
Sin embargo, y al parecer por algunos antecedentes, el asesinato no estaba muy difícil para resolver. Las investigaciones se centraron en un hombre identificado como Ronald Gamboa, un supuesto funcionario policial, y con quien aparentemente mantenía una relación amorosa.

El hecho conmocionó a los vecinos de Calicanto, pues una gran cantidad de funcionarios tomó la calle donde queda la vivienda donde se produjeron los hechos. Unos conocidos de la pareja, quienes viven en Güigüe, aseguraron que ellos habían estado compartiendo en una fiesta el sábado pasado, supuestamente, discutieron y luego se marcharon con destino hacia Valencia. Se cree que minutos después de eso, Merlys fue asesinada.
El presunto responsable habría sido capturado este mismo lunes en Tinaquillo, estado Cojedes. Mientras tanto, el Cicpc sigue con las averiguaciones para determinar la posible responsabilidad del sujeto en los hechos. Merlys Yosmar dejó dos niños huérfanos.