El club blanco disputó la final de la Copa del Rey frente al Osasuna en el estadio de Cartuja en la ciudad de Sevilla. Se vivió un ambiente electrizante desde la previa del partido, con una grada totalmente roja y un mosaico con la palabra Osasuna, mientras el otro polo era totalmente blanco y un mensaje de “vamos Madrid hasta el final”
Era un partido donde ambos equipos tenían motivos suficientes para salir a ganar la copa, por un lado el Osasuna buscaba su primera Copa del Rey en toda su historia, mientras el conjunto blanco tenía 9 años sin ganar el título que otorga su majestad el Rey.
En tan solo 2 minutos de partido una gran jugada de Vinicius colocaría al club merengue en ventaja, cuando el brasileño encaró el arco rival y con una velocidad extravagante se metió en el área chica sin problemas para arrastrar prácticamente toda la marca y servir a Rodrygo que marcó el gol del 1-0.
El primer tiempo terminaría con gritos y tanganas por parte de ambos equipos, pero los protagonistas serían Vinicius y el Chymi Avila, que entrando al túnel de vestuarios se gritaron varias cosas, y terminaron siendo separados por sus compañeros, en especial la intervención de Lucas Vásquez que evitó que estos dos jugadores terminaran agrediéndose físicamente.
El segundo tiempo lo dominó el Osasuna, salió al campo con mucha intensidad y el resultado del buen momento que vivían en el partido, fue conseguir el empate con un golazo de Torró que le pegó al balón desde afuera del área colocando el esférico a la esquina del palo izquierdo, siendo imposible para Courtois llegarle a ese disparo. El equipo de Pamplona buscó mantener el partido y encontrar espacios para salir del empate, pero la genialidad de Vinicius Junior volvería a causar daño, y repitiendo el mismo desborde de cara al arco, se metió en el área chica provocando una jugada que esta vez por mala fortuna, le quedaría de rebote a Rodrygo que marcaría el segundo gol de la noche.
El partido culminó 2-1 a favor del Real Madrid, titulándose por vigésima vez en este torneo que le costó 9 años volver a ganarlo y con un Osasuna que se fue orgulloso del papel que cumplieron en todo el torneo y sobre todo en esa final tan difícil.