Desde hace 5 años, ha venido suscitando una situación incómoda para los vecinos del sector Ricardo Urriera, al sur de Valencia.
Denuncian que las prácticas de béisbol en el campo de la mencionada urbanización ha afectado la tranquilidad de quienes habitan al rededor de la misma. Pues aseguran que las pelotas de béisbol caen en casas, autos, la iglesia de la comunidad y golpeó a un niño de 7 años en la espalda.
Los vecinos dicen no estar en contra del deporte, pero no están de acuerdo con que se realicen actividades cuando el campo no cuenta con las medidas de seguridad debido a que ha originado daños a patrimonios y nadie responde por ellos.
La directiva del equipo se ha hecho la vista gorda y justifican sus actividades debido a que los chamos necesitan practicar.
Sin embargo, el daño continúa. Existen denuncia en la dirección de Deportes de la alcaldía de Valencia para que tomen cartas en el asunto y puedan condicionar el campo para que continúen las actividades deportivas y cesen los daños causados.
“Han sido ventanas rotas, carros abollados, una iglesia asediada y ahora un niño golpeado en la espalda, constantemente pasan personas por allí y alguno podría salir herido”, indicó uno de los afectados por la situación.
Esperan que está situación sea abordada rápidamente para evitar más daños causados por las actividades deportivas en un campo que no posee ni mayas, cercado y condiciones óptimas para practicar.
